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Reducir el colesterol, clave para mejorar la calidad de vida

Uno de cada dos españoles presenta niveles de colesterol por encima de los 200 mg, aumentando el riesgo de enfermedad cardiovascular. El ejercicio, la dieta y los lácteos con esteroles vegetales ayudan a controlarlos.

Más de la mitad de la población española rebasa el nivel máximo de colesterol en sangre, establecido en 200 miligramos por centímetro cúbico. Y eso no es todo. Según el Estudio de Nutrición y Riesgo Vascular en España (Enrica), publicado en la Revista Española de Cardiología (REC), el 46,7 % de los afectados de hipercolesterolemia (que afecta por igual a hombres y mujeres) no es consciente de que la padece y, entre los mayores de 65 años, la presencia de colesterol en sangre aumenta en un 20 %.

Los lácteos enriquecidos con esteroles contribuyen a reducir los niveles de colesterol como complemento a una dieta equilibrada y ejercicio físico moderado y habitual.
Si tenemos en cuenta que la hipercolesterolemia es uno de los principales factores de riesgo en la enfermedad cardiovascular, y que esta es la principal causa de mortalidad en nuestro país, resulta lógico establecer un control de una patología que, además, no presenta síntomas ni signos físicos, y que solo puede diagnosticarse mediante un análisis de sangre. La Fundación Española del Corazón recomienda hacer un análisis de colesterol antes de los 35 años en varones, y de los 45 años en mujeres, y controlarlo regularmente a partir de ese momento cada 5 años. Su diagnóstico precoz, junto a la prevención y la adopción de unos hábitos de vida saludables (que incluyen una dieta adecuada y ejercicio físico regular y moderado), son las mejores armas para combatirlo.

Ejercicio aeróbico, moderado y habitual
Realizar ejercicio físico moderado ayuda a reducir los niveles de colesterol en sangre. La Fundación Española del Corazón aconseja un programa de ejercicio aeróbico (caminar, carrera suave, ir en bicicleta, nadar...), a intensidad moderada (manteniendo en un 65-70 % la frecuencia cardiaca máxima) y desarrollada de manera regular (de tres a cinco sesiones por semana). Si aseguramos una práctica de actividad física moderada de manera habitual, contribuiremos a aumentar el colesterol HDL (colesterol “bueno”), reducir el colesterol LDL (colesterol “malo”) y reducir los niveles de triglicéridos, disminuyendo el riesgo de padecer ateroesclerosis.

para qué sirve el colesterol
El colesterol es una sustancia similar a la grasa, imprescindible para el funcionamiento de nuestro organismo. Además del que aportamos a través de la alimentación, es nuestro propio cuerpo el encargado de producirlo, principalmente desde el hígado, y utilizarlo para fabricar hormonas, ácidos biliares (vitales para la digestión), o vitamina D (los rayos solares lo transforman en esta vitamina, que protege la piel de agentes químicos y evita la deshidratación).
Para viajar en el torrente sanguíneo, el colesterol, que no es soluble en medios acuosos, se une a unas sustancias llamadas lipoproteínas, que pueden ser de dos tipos: las de baja densidad (LDL), conocidas como "colesterol malo", que transportan el colesterol a los tejidos para que sea utilizado; y las de alta densidad (HDL), o "colesterol bueno", que recogen el colesterol que ha "sobrado" y lo transportan hasta el hígado para ser eliminado a través de la bilis.
Cuando las células son incapaces de absorber el colesterol que circula por la sangre, el sobrante se deposita en la pared de las arterias, y las estrecha progresivamente, dando origen a la ateroesclerosis, responsable de enfermedades coronarias (angina e infarto de miocardio), cerebrovasculares (infarto cerebral o ictus) y enfermedad arterial periférica (claudicación o dolor en las piernas).


por qué aumentan los niveles
Son varias causas responsables de elevar los niveles de colesterol en sangre. Algunas de ellas, como la herencia genética (que influye en la cantidad de colesterol que fabricamos, así como la capacidad de eliminarlo), la edad o el sexo, son imposibles de controlar. Pero sí podemos influir en nuestra alimentación y estilo de vida. Las recomendaciones para mantener unos niveles de colesterol adecuados pasan por seguir una dieta saludable, que puede reforzarse con la inclusión de lácteos enriquecidos con esteroles vegetales, y realizar ejercicio físico regular.


La importancia de una dieta variada y equilibrada
Las dietas inadecuadas son un factor determinante en la hipercolesterolemia. Es importante limitar la ingesta de grasas de origen animal, las grasas saturadas y el alcohol, y tener en cuenta el tipo de alimentos que ingerimos y el modo de prepararlos.
  • • Métodos de cocción: El modo de cocinar los alimentos influye en su aporte nutricional. El microondas, el hervido, la plancha, el vapor y el asado al horno son los dos métodos de cocción más saludables para obtener platos sanos, sabrosos y nutritivos sin incrementar su aporte en grasas.
  • • Alimentos: La dieta para prevenir y tratar el colesterol debe ser equilibrada, variada y libre de grasas saturadas. Se debe comer de todo, favoreciendo la presencia de algunos alimentos, como las legumbres, los frutos secos, los cereales, las verduras y las frutas, ricas en fibras y antioxidantes, así como el pescado azul, dos o tres veces por semana. Como complemento, podemos incluir en la dieta lácteos que contengan esteroles vegetales o fitoesteroles, sustancias de origen natural que ayudan a reducir los niveles de colesterol al inhibir su absorción en el intestino.
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