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Impacto psicológico del cáncer

El diagnóstico de cáncer suele afectar la salud emocional. Buscar soporte puede ayudar a afrontarlo
Isabel Zúñiga

los niveles, tanto para las personas que lo padecen como para sus familiares. La falta de información, la preocupación e incertidumbre ante las pruebas y los tratamientos médicos, o la necesidad de sentirse querido y comprendido son algunos de los aspectos más relevantes en este sentido. Por ello, es clave entender el proceso emocional que viven las personas afectadas por la enfermedad y brindarles el apoyo psicológico que necesitan.
Ser diagnosticado de cáncer supone un punto de inflexión en la vida de la persona afectada. Tal como se apunta desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se produce un impacto que consta de una serie de fases, comenzando con un shock inicial, negación e incredulidad, seguidas de confusión, sentimientos de impotencia, desesperanza y miedos y, finalmente, una fase de reajuste al diagnóstico.

TRAS EL DIAGNÓSTICO
En esta nueva etapa de la vida se manifiestan cambios  tanto en la salud física de la persona como en el bienestar mental, por eso el tratamiento debería tratar ambos aspectos. De hecho, una de las mejores cosas que un paciente puede hacer para mejorar la calidad de vida es aprender más sobre el cáncer que padece a través de información que le facilite su médico u otras fuentes fiables. De esta manera, la enfermedad será menos ambigua. Por otro lado, también puede cambiar la situación social y financiera con lo que adoptar una actitud realista sobre la importancia del cáncer en su vida actual puede ayudarle.
A nivel psicológico, es importante y beneficioso hablar con el médico acerca de las preocupaciones, la ansiedad o la desesperación. Hay quienes se sienten incómodos o simplemente no contemplan la posibilidad de solicitar este tipo de ayuda. Sin embargo, el cerebro es un órgano más que debe ser atendido cuando se presentan cambios que causan malestar o infelicidad.

LIDIAR CON LAS EMOCIONES
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de la tercera parte de las personas enfermas de cáncer padecen ansiedad y depresión clínicas. En este punto es importante recordar que todas las personas pasan por altos y bajos además de reconocer que los sentimientos de cansancio, ansiedad, ira y depresión pueden aportar algo positivo. Expresarlos honestamente ayuda a liberar el estrés y la tensión. Adicionalmente, los sentimientos fuertes de culpa, tanto a sí mismo como al entorno, son igualmente comunes.


SOLEDAD Y AISLAMIENTO
Muchas de las personas que padecen cáncer viven solas. El envejecimiento de la población hace que cada vez se encuentre una mayor proporción de pacientes en riesgo de aislamiento y soledad. El Informe Termómetro Social de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) muestra el perfil y las necesidades de algunas de las personas que son atendidas en su Servicio de Atención Social. Hombres y mujeres en situación de desempleo, con trabajos precarios y muchas cargas familiares, jubilados con bajas pensiones que necesitan cuidados durante la enfermedad, pero conviven con personas también mayores y con salud delicada. Estas circunstancias necesitarían un seguimiento especial para proporcionarles el apoyo que requieren.

RED DE APOYO SOCIAL
Cónyuges, hijos, familiares, amigos o grupos de ayuda forman parte de la red de apoyo social del paciente que puede ayudar a reducir en gran medida el estrés de lidiar con el cáncer, facilitar alguna tarea de su día a día o escuchar sus preocupaciones entendiendo sus deseos de información, las opciones de tratamiento y su pronóstico. La ansiedad es menos común en los pacientes que cuentan con apoyo social, y que se comunican libremente con sus familiares. De hecho, una menor incidencia de la depresión se encuentra asociada con la habilidad de los familiares para expresar sus pensamientos con el paciente, ya que ellos también se enfrentan a desafíos y sentimientos de incertidumbre y tristeza, especialmente en el caso de niños y adolescentes. Sin embargo, también hay relaciones que van a verse afectadas a consecuencia de frustración, malentendidos o confusiones acerca de cómo apoyar al paciente. Con una comunicación abierta, estos problemas pueden ser resueltos.
Por su parte, la mayor parte de los que asisten a grupos de apoyo se sienten más satisfechos emocionalmente, reciben consejos para manejar los efectos secundarios, y experimentan menos dolor y ansiedad.

 

#LlámaloCáncer
La AECC puso en marcha la campaña #LlámaloCáncer el pasado año con el objetivo de dar visibilidad a las realidades que se esconden tras esta enfermedad, más allá de las estadísticas de sobra conocidas. Utilizar expresiones como bicho, tumor, dolencia, tsunami, larga enfermedad o cangrejito en referencia a ella no hacen sino poner de relieve el temor que se siente al pronunciarla con todas sus letras, CÁNCER, y todo lo que conlleva.
#LlámaloCáncer busca luchar contra el silencio y el miedo que provoca una palabra hasta ahora tabú, para conseguir que el conjunto de la sociedad normalice su relación con ella. Por eso, la campaña está enfocada a un público amplio como es el de las redes sociales, donde busca recoger testimonios de personas que lo padecen a través de la etiqueta #LlámaloCáncer. Y lo hacen con las armas más poderosas: las realidades, contadas por primera vez sin tapujos, de todos aquellos que luchan contra ella desde todos los ámbitos posibles. Descubrirlas y compartirlas es la manera de que muchos dejen de sentirse solos.