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Dolor articular y ejercicio físico

Ajustar la rutina de ejercicios a nuestras necesidades particulares puede ayudar a protegernos y a prevenir complicaciones
Laia Antúnez

La artritis es la inflamación de las articulaciones y es relativamente frecuente ya que afecta a una de cada 200 personas, de las cuales tres de cada cuatro son mujeres, según datos de la Coordinadora Nacional de Artritis (ConArtritis), una entidad sin ánimo de lucro que engloba a dieciocho asociaciones de pacientes con artritis de toda España. Cuando nuestra actividad diaria se ve afectada por este tipo de dolores, evitar el sedentarismo y practicar ejercicio se convierte en un gesto de vital importancia para mantener la fuerza muscular y reducir el dolor y la rigidez articular.

Tipos de ejercicio
Según la Arthritis Foundation y el American College of Rheumatology, estos son los ejercicios que pueden contribuir a mejorar nuestro estado articular.
• Ejercicios aeróbicos: son los más adecuados ya que ayudan a mantener la resistencia, mientras fortalecen el corazón y los pulmones y disminuyen la fatiga. En el podio, tres ejercicios de bajo impacto: caminar al aire libre, con sus infinitos beneficios para cuerpo y mente; montar en bicicleta, convencional o estática; y realizar actividades en el medio acuático como nadar, caminar o practicar aquagym. El agua reduce el peso del cuerpo hasta en un 90%, lo que evita la sobrecarga de las articulaciones, mientras se fortalece la musculatura.
• Ejercicios de amplitud de movimiento: junto con los ejercicios de estiramiento, ayudan a mantener el movimiento de las articulaciones y a aumentar su flexibilidad. Estirar los brazos hacia delante y hacia atrás, flexionar los codos o girar la cabeza son algunos de estos ejercicios que contribuyen a mejorar nuestra postura y a reducir el riesgo de lesiones.
• Ejercicios de fortalecimiento: Están pensados para mantener la fuerza muscular, consiguiendo que el músculo sostenga mejor la articulación dolorida y se reduzcan así la tensión y la carga. Utilizar pesas ligeras, mancuernas o bandas elásticas nos ayudará a incrementar nuestra resistencia. El plus: podemos ahorrarnos el gimnasio y hacer estos ejercicios en casa.
• Ejercicios de conciencia corporal: Incluye actividades para mejorar la postura, la coordinación, y la conciencia de la posición, y así reducir el riesgo de sufrir caídas. El tai chi, por ejemplo, es una práctica perfecta, ya que combina el equilibrio y los movimientos suaves.
Con toda la seguridad
Antes de comenzar cualquier rutina de ejercicios, es imprescindible consultar con un fisioterapeuta o un médico especialista para que determinen cuáles son los más adecuados a nuestras necesidades y los que menos dañarán nuestras articulaciones. Conviene comenzar lentamente y, poco a poco, ir incrementando la dificultad y la duración de los ejercicios. Escuchar el ritmo de nuestro cuerpo es siempre el mejor consejo. Expertos de la Clínica Mayo recuerdan la importancia de mover las articulaciones suavemente para entrar en calor y recomiendan comenzar con ejercicios de amplitud de movimiento, para pasar después al resto. Ante cualquier alerta de dolor, lo mejor es descansar. Esa es la regla de oro. No hay que forzar el cuerpo, por lo que establecerse metas realistas y escoger actividades que sean cómodas, además de divertidas, nos ayudará a mantenernos ejercitados y, lo más difícil, del todo motivados.

Relajar las dolencias

Si observamos hinchazón o enrojecimiento en las articulaciones, deberemos reducir la intensidad o la frecuencia del ejercicio. Aplicar calor o frío, antes o después de nuestra rutina, también nos ayudará a destensar los músculos que las rodean y así aliviar el dolor. Y no nos olvidemos de la relajación. Un estudio del American College of Rheumatology ha demostrado que esta técnica, que se puede trabajar fácilmente partir de la práctica del yoga o del tai chi y del control de nuestras respiraciones, ayuda a disminuir el dolor articular y muscular ya que libera el estrés, una de las principales causas de este tipo de dolencias, y ayuda a dormir mejor. Y, ¿por qué no rubricarlo con un masaje profesional de vez en cuando?

Enfermedades articulares en tiempo de pandemia

La Coordinadora Nacional de Artritis (ConArtritis) realizó este verano una encuesta para saber cómo la pandemia de la covid-19 estaba afectando a las personas con artritis y otras enfermedades reumáticas. El 53,2% de los encuestados indicaron que la inactividad por el confinamiento les provocó más dolor, mientras que el 38,5% aseguró que los sentimientos y pensamientos negativos no les permitían descansar, lo que empeoraba los efectos de su enfermedad. Para apoyarles, la asociación ha publicado en su web, entre otros recursos, diversas infografías ilustradas con recomendaciones para convivir con dolencias como la artritis reumatoide, la artritis psoriásica, la espondilitis anquilosante y la artritis idiopática juvenil, en pandemia. Además, ofrecen algunas respuestas a aquellas dudas relativas a la vacuna de la covid-19 y a su compatibilidad con los tratamientos farmacológicos que pueden recibir este tipo de pacientes.