Dislexia, el trastorno 'oculto' del lenguaje
Esther Duro

Steve Jobs, Steven Spielberg, Richard Branson, Tom Cruise, Mozart, Erin Brockovich, Agatha Christie. ¿Sabes qué tienen en común estos personajes, además de su éxito profesional? La dislexia. Considerada una de las Dificultades Específicas del Lenguaje (DEA), la dislexia se caracteriza por la dificultad persistente en el aprendizaje y consolidación de la lectura y la escritura. Se da en personas que no presentan ningún hándicap físico, psíquico ni sociocultural, y su origen parece derivar de una alteración del neurodesarrollo. Pero es esta una definición que se queda corta. Según la asociación DISFAM, la dislexia es mucho más que tener dificultades para recitar el alfabeto, denominar letras o realizar rimas simples: "Existen problemas de compresión, de memoria a corto plazo, de acceso al léxico, de clasificación de sonidos, de confusión entre la derecha y la izquierda, de dificultades en las nociones espacio-temporales…".
John Lennon fue expulsado de la escuela por mala conducta. Sus maestros no sabían que sufría de dislexia. "El niño/a disléxico debe poner tanto esfuerzo en las tareas de lectoescritura que tiende a fatigarse, a perder la concentración, a distraerse y a rechazar este tipo de tareas. Los padres y profesores procesamos equivocadamente esta conducta como desinterés", se asegura desde ladislexia.net. Sin embargo, en los últimos años el término “dislexia” está cobrando gran relevancia en el ámbito educativo, ya que afecta a un elevado número de alumnos. En España, el porcentaje se calcula en torno al 6% por aula, siendo culpable del 40% del abandono escolar. Loida Silvestre, logopeda y directora del Centro Educa, reconoce que "nuestro sistema educativo centra, mayoritariamente, el aprendizaje a través del lenguaje escrito. Detectar la dislexia en la escuela facilita la creación de recursos y de tratamientos para que la etapa educativa sea lo más normativa posible. Y también para evitar las 'etiquetas', cuyas consecuencias emocionales debilitan la autoestima de los niños".
IMPORTANTES CONSECUENCIAS
La dislexia es una realidad que afecta a 1 de cada 10 personas en España, muchas de las cuales permanecen sin diagnosticar y reciben poco o ningún servicio de intervención especializado. "Puede no ser detectada y permanecer como una 'dificultad o trastorno oculto', con mayor frecuencia en las lenguas con ortografías transparentes como el español", se asegura desde Change Dyslexia. Esta falta de diagnóstico acarrea, a menudo, importantes consecuencias: puede afectar al trabajo, comportando problemas tanto para encontrarlo como para mantenerlo; conllevar dificultad para navegar en entornos académicos e, incluso, causar sufrimiento emocional ante la incomprensión del entorno. "Puede que, un día, nos encontremos leyendo que existe una alteración llamada 'dislexia' que podría explicar aquello que nos ocurre, o que nos ha ocurrido a lo largo de nuestra etapa educativa. Hallamos entonces la pieza que falta para completar el puzle y comprender que no somos responsables de nuestros resultados, pues el 'culpable' ya tiene nombre", se reconoce desde la web especializada ladislexia.net.
INTERVENCIÓN OPORTUNA
Es por ello que el soporte precoz es fundamental. "Tras recibir intervención con metodologías adecuadas, se han observado aumentos de volumen en la materia gris del cerebro de los niños con dislexia, entre otros hallazgos, que sustentan la necesidad de una detección temprana y de una intervención oportuna validada científicamente", explica Change Dyslexia. Por tanto, se puede desarrollar una vida perfectamente normal si se han establecido bien las estrategias de compensación y de refuerzo necesarias.
La dislexia es un trastorno de lectura específico y no refleja nunca una menor inteligencia. Es más, hay muchas personas brillantes con dislexia que nunca aprenden a leer, escribir o deletrear a un nivel consistente con su capacidad intelectual y, sin embargo, triunfan en sus profesiones y en sus relaciones sociales. De hecho, son creativas, intuitivas y con un pensamiento out of the box, por lo que tienen habilidad para plantear soluciones novedosas e innovadoras. No obstante, los profesionales que diagnostican (psicopedagogos y neuropsicólogos) y tratan (logopedas) la dislexia aseguran que toda ayuda es positiva para evitar trastornos emocionales, en ocasiones peores que la propia dislexia. Desde la asociación Change Dyslexia se especifica que, "para diagnosticar a una persona, lo primero que se hace es un test de inteligencia general, para descartar otras dificultades y saber con seguridad si se trata o no de dislexia".