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“Nuestros alumnos desarrollan todo su talento y disfrutan con su aprendizaje en grupos de 10 alumnos por clase”

Santa Clara International School fue uno de los centros pioneros en Barcelona a la hora de utilizar la lengua inglesa en la enseñanza. Tras casi medio siglo de vida, el colegio mantiene una filosofía de trabajo de la que hemos hablado con su co-director, Àlex Obradors.

¿Cuándo nació Santa Clara International School?

El colegio inició su andadura en 1968 como una iniciativa familiar que hoy está representada ya por la tercera generación. Desde el primer momento, las fundadoras tuvieron claro que el inglés debía tener una presencia fuerte en la enseñanza y la educación de los niños y apostaron por esa lengua como lengua vehicular del centro junto con el castellano y el catalán.

Pero la filosofía del colegio va más allá de eso…

Así es. La vertiente innovadora de nuestra metodología tiene mucho que ver con la enseñanza personalizada, ya que creemos que es el mejor método para lograr que los chicos y chicas desarrollen todo su potencial. Por esa razón trabajamos con grupos de 10 alumnos por clase, lo que nos permite potenciar las fortalezas de los niños y niñas, mejorar sus niveles de autoestima, confianza y seguridad y conocer y actuar sobre sus puntos débiles. Y todo eso solo es posible con grupos reducidos; con un ratio mayor consideramos que es ineficaz.

¿Qué ciclos se cursan en Santa Clara?

Tenemos alumnos desde los 8 meses hasta los 17 años, ya que la etapa infantil se cubre en English Kinder Barcelona,  el parvulario del colegio donde la lengua vehicular es el inglés y todos los profesores son nativos. La etapa de Primaria, Secundaria y Bachillerato se imparte en Santa Clara International School. Así, los alumnos pueden cursar sus estudios con nosotros desde bien pequeños hasta 2ª de Bachillerato.

¿Qué diferencia al centro de otros colegios?

Además de la experiencia y de la atención personalizada que le comentaba, lo que mejor define a Santa Clara International School es que cuenta con un programa educativo propio que persigue que los niños desarrollen todo su talento y disfruten con su aprendizaje. ¿Cómo lo hacemos? Fundamentalmente, fomentando su creatividad y su curiosidad para que no se limiten a pasar unas horas al día con nosotros, sino también para que conciban el colegio como un lugar atractivo donde siempre tienen alicientes que les estimulan y potencian una actitud proactiva a la hora de conocerse a sí mismos y también al entorno. De alguna manera, trabajamos para que los alumnos sean felices mientras aprenden y se forman.

Con una fuerte presencia del inglés…

Así es. Nuestro proyecto de lenguas está aprobado por la Generalitat de Catalunya y se basa en utilizar el inglés en el 50% de las materias, mientras que el castellano y el catalán se reparten el otro 50% del tiempo. Los alumnos también tienen la oportunidad de aprender otros idiomas como el francés, alemán y chino. Además, alrededor del 40% de los alumnos del centro proceden de otros países, por lo que la lengua inglesa es una vía para que esa mezcla de culturas ayude a enriquecer el proceso comunicativo y formativo de los chicos y chicas que estudian con nosotros.

¿Se puede innovar en una materia como la educación?

Sin duda. De hecho, Santa Clara lo viene haciendo desde el primer día. Hoy, esa innovación nos llega mediante la aplicación de metodologías que están teniendo éxito en otros países. Apostamos por la formación continuada y con frecuencia viajamos a lugares como Finlandia, Boston (Harvard), Nueva York o Londres para conocer qué están haciendo en esos centros de excelencia y así adaptarlo a nuestro proyecto. De este modo, somos capaces de combinar la visión práctica del mundo anglosajón con el prisma más teórico que tenemos en España, perfeccionando así una forma de enseñanza equilibrada pero que siempre está en constante mejora.

¿En qué se traduce esa forma de entender la educación en el día a día del colegio?

Lo que perseguimos, más allá de los resultados académicos, es formar alumnos desde un punto de vista emocional y social. Tenemos una visión experiencial de la educación que quiere formar a niños y niñas que sean capaces de pensar, reflexionar , comunicarse, resolver problemas e innovar, algo que hacemos ya desde la etapa de parvulario. Y ahí juegan un papel muy importante la creatividad y el arte como vía de expresión, por lo que los incorporamos de una forma natural al método como vía para ayudar a los alumnos a entender el mundo que les rodea. Todo eso no sería posible sin un entorno capaz de estimular al niño y de potenciar todas sus habilidades desde hablar en publico, tocar instrumentos musicales, práctica diaria de deportes y hablar diversas lenguas.

Y prepararlos para seguir en sus estudios…

Sí. En este sentido, nuestro Bachillerato está concebido con una proyección internacional para que los alumnos puedan  acceder a universidades tanto españolas como extranjeras. La experiencia nos dice que estamos en el buen camino y son muchos los alumnos que han hecho carrera en esos países. Por eso lo importante es poner a su disposición las herramientas necesarias, entre ellas la relación que Santa Clara International School mantienen con diversos centros europeos y americanos que tienen un ideario similar.

¿Qué papel juegan las familias en el éxito de este modelo?

La implicación de las familias es clave, ya que les pedimos que exista una cierta continuidad entre la educación que reciben en el colegio y la que se da en casa. Sabemos que quienes traen aquí a sus hijos buscan algo distinto, así que mantenemos con ellos una comunicación online constante y organizamos entre 3 y 4 sesiones de tutorías con las familias en las que el alumno está presente, escucha y da su opinión sobre aquello que puede mejorarse. Estamos convencidos de que nuestra visión holística de la educación –no solo académica sino también en valores– necesita de la participación de los padres.

 

Alumnos comprometidos

La  voluntad de Santa Clara International School de formar alumnos comprometidos con el mundo en que viven tuvo un magnífico ejemplo el pasado mes de diciembre, cuando a propuesta de Pieter Schreuder, un estudiante de 9 años, se organizó una exposición a beneficio de las víctimas del terremoto ocurrido meses atrás en Italia. En el evento, que tuvo lugar en la Casa degli Italiani de Barcelona, se pusieron a la venta obras de arte realizadas por los alumnos del colegio y se recaudaron cerca de 2.000 euros que fueron donados en su totalidad a Caritas Italiana. El 3 de febrero a las 19h colaboraremos con l’Associació Catalana d’Ajuda al Poble Sahraui en una exposición que tendrá lugar en el Centre Cívic Pere Pruna