User menu

Por Ariane Basaguren

10 consejos para hacer deporte a partir de los 40 (y no tropezar)

Contra la pérdida de masa y densidad ósea, la clave reside en ejercitar los músculos y la flexibilidad, y potenciar el corazón. Se puede lograr con solo 30 minutos al día.

1. Caminar. Es el deporte más natural y sencillo del mundo, pero, a menudo, lo descartamos de primeras. Con caminar un mínimo de media hora al día reducimos considerablemente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Además, andar ayuda a equilibrar el peso y a fortalecer piernas y glúteos. Una opción es empezar por la ciudad, durante las tareas del día a día, y, poco a poco, salir a hacer caminatas por el monte. Mientras caminamos, vamos viendo diferentes paisajes y ayudamos a que los pensamientos fluyan, lo que nos conecta con nosotros mismos.

2. Estirar. El pilates y el yoga son dos deportes perfectos para estirar. Por una parte, el yoga -ojo con el nuevo yoga flow, una vertiente más bailonga y divertida que bien merece ser considerada- se basa, principalmente, en los estiramientos que ayudan a que el cuerpo se vuelva más flexible y resistente. Para las articulaciones y corregir malas posturas de espalda, también sirve el pilates.

3. Tonificar. A partir de los 45 años, para nuestro cuerpo es mucho más difícil generar músculos. Además, conviene prestar especial atención a la densidad ósea. Con ejercicios sencillos como sentadillas con pelota medicinal o breves tablas de estiramientos de cuclillas es más que suficiente. Evitaremos problemas futuros. 

4. Comenzar... poco a poco. No hay ninguna prisa. Es hora de ir de menos a más y de forma natural. Cuando elijas un nuevo deporte o ejercicio rutinario, no esperes dar el 100 % desde el principio. Mejor, fíjate en cómo se ejecuta cada movimiento y cómo reacciona tu cuerpo ante él. Los progresos lentos son los más efectivos y dan mucho frutos. Te sorprenderás de lo rápido que tu cuerpo se va adaptando al esfuerzo. 

5. Respetar el día a día. Para realizar deporte con regularidad y que no lo dejes a la primera de cambio, admite que debes mantener una rutina, sin llegar a romper muchos moldes de tu vida cotidiana. Opta por elaborarte un calendario real y no te apuntes a ninguna actividad muy estricta en lo que a turnos se refiere. Recuerda que si no te supone mucho cambio en tu vida, lo harás más a gusto. Liberarás las famosas endorfinas, las hormonas de la felicidad, sin perder el control del resto de tus tareas y deberes.

6. Meditar en silencio. Seguro que no habías pensado en tu mente, pero es otro órgano. Y para desarrollarlo en armonía, no hay nada mejor que el silencio. Estar en silencio. Y seguir en silencio. Para ello, debes encontrar un rincón donde te sientas cómodo y olvidarte. Deja que venga a ti y que los conceptos de espacio y tiempo se diluyan. 

7. Ejercitar la postura. Cuando entramos en la cuarentena, el espacio intervertebral comienza a reducirse y podemos perder la correcta alineación de la columna. Para ello, es bueno trabajar la zona media, enderezar siempre el tronco, contraer el abdomen y ejercitar glúteos. Y es que una buena postura suma elegancia y resta barriga.

8. Comer proteínas. Fibra, calcio y mucha agua. Obviamente, si practicas deporte, no dejes de lado los hidratos de carbono, pero de forma consciente y en determinadas horas. Recuerda que el agua es fundamental, así que oblígate a beber al menos un litro y medio al día.

9. Practicar la fuerza. Pesas, pesas y un poquito más de pesas. No es como lo imaginas. Si las trabajas con moderación son fundamentales para recuperar musculatura y sentirte bien. Y no hace falta decantarse por demasiado peso o tablas interminables. 

10. Nadar y desconectar. Dicen que es el deporte más completo... y es verdad. La natación es fundamental para cuidar la espalda y mantenerte en forma al mismo tiempo. Existen multitud de variantes y ejercicios en el agua. Solo tienes que descubrir cuál te motiva más. 

Si quieres saber más sobre salud, nutrición y bienestar, visita lavanguardia.com/vida/salud