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José M. Domínguez Cerdeira, Responsable de Prescripción - CAP Gas Natural Distribución 

Hacia el gas natural renovable

Clave en la transición energética

El gas natural está llamado a representar un papel clave en la transición energética global hacia una sociedad baja en carbono, en especial por la creciente inyección de gas de origen renovable en su infraestructura. Si ya esta fuente de energía es la más solicitada por los consumidores para la cobertura de demandas térmicas, en especial en los edificios, por la baja inversión inicial necesaria,  su  economía de uso, limpieza, fiabilidad y el alto rendimiento de sus tecnologías asociadas, por su creciente simbiosis con las energías renovables hace que, en el camino para la consecución de nuestros objetivos medioambientales en el año 2050, el gas natural constituya un actor principal en el campo energético, manteniendo la competitividad de nuestra sociedad, y por tanto, la sostenibilidad de los territorios.

Esta simbiosis con la energía renovable se substancia de dos modos. Por un lado por la hibridación entre tecnologías que emplean gas natural con otras que emplean fuentes de energía renovable (como es el caso del binomio “solar térmico – gas natural”, los equipos híbridos caldera de gas – bomba de calor eléctrica o las “bombas de calor geotérmicas a gas”). Por otro lado, por el origen renovable del gas natural que circula por la red de transporte y distribución de gas natural.

Este gas de origen renovable, el gas verde, tiene diferentes orígenes. Puede provenir del biogás obtenido en la fermentación anaeróbica de residuos agroalimentarios, de vertederos o de plantas de aguas residuales, o bien puede originarse en el proceso denominado “power to gas (P2G)”, en la que los excesos de producción eléctrica renovable que no se pueden almacenar se convierten en hidrógeno que se combina con CO2 para conseguir metano. Incluso, podría obtenerse biometano por la gasificación de biomasa vegetal y evitar así la contaminación asociada a su combustión en calderas. 

Respecto al primer método de obtención de gas renovable, el biogás enriquecido a biometano, representa el reciclaje de residuos y por tanto un factor de economía circular. En Europa ya están funcionando 400 plantas con una potencia total de 3.100 MW.

España ya dispone de plantas que aprovechan este recurso, como por ejemplo la planta de biometano del vertedero de Valdemingomez (Madrid), que inyecta en la red gas equivalente al consumido anualmente por 9.000 viviendas en calefacción y agua caliente, y la planta de aguas residuales de Arazuri, (Pamplona), que alimenta un autobús urbano y dos camiones de recogida de basuras. Además, en este momento existen múltiples proyectos en desarrollo y construcción de similares características.

Por ello, hoy y en el futuro, cada día más, cuando empleamos gas natural en nuestra caldera o calentador, estaremos empleando un recurso local y renovable, que reduce nuestra huella medioambiental.