Explica Inés Surinyach, diseñadora de Búho, que su prenda favorita cuando era pequeña era una camisa de cuadros tipo leñador que sus padres le trajeron de Canadá. Una camisa sencilla y cómoda pero con un toque diferente, como la ropa que ella misma diseña, aunando creatividad con los tejidos más cuidados para que tanto padres como hijos sientan que cada prenda de Búho es especial y única.

Tejidos suaves y gusto por los detalles

La marca vela por la calidad en todas y cada una de sus prendas, que destacan por estar confeccionadas en tejidos suaves y confortables, y por unos diseños llenos de matices, con líneas sencillas y cómodas pero estudiadas. Producciones exclusivas, creadas con esmero y cariño para lograr piezas únicas envueltas en una agradable armonía, dando forma a su Colección Babies y a su colección Kids, con las que viste a niños desde sus primeros meses de vida hasta los 12 años. 

Los tejidos e hilaturas que Búho utiliza para confeccionar su moda infantil provienen principalmente de Francia, España e Italia, ya que la calidad de las materias primas es una parte fundamental para la marca. Sobre esas base, complejas técnicas de lavado y tintado consiguen desvelar colores empolvados y muy singulares para sus creaciones, transmitiendo emociones y una exquisitez desenfadada que recrea el mundo dulce y bohemio que le caracteriza. 

Bajo estos principios, Búho produce principalmente en Barcelona, aunque también en Portugal y Francia, “para controlar la calidad de la confección y como una apuesta por lo nuestro, por el comercio local y sostenible”, aseguran responsables de la firma, una marca nacional de moda infantil que cuenta ya con presencia en 24 países, con una tienda propia en Barcelona y una tienda on-line.

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