Juan Miguel Garre, del bufete Garre Avocat en París
“La ‘Legaltech’ y la reforma del derecho de contratos en Francia conllevan una adaptación de los comportamientos de las empresas”

Garre Avocat es una firma de abogados francesa, fundada por Miguel Garre en 1996. Su función es acompañar a directores y responsables jurídicos de empresas españolas en la toma de decisiones, negociación y ejecución de acuerdos civiles y comerciales en Francia.
-Las nuevas tecnologías facilitan los procesos administrativos y judiciales. ¿Cómo se adapta la profesión?
La legaltech representa una descarga de trabajo para el abogado y una oportunidad que repercutirá en una mayor satisfacción del cliente. El despacho Garre Avocat combina la utilización de nuevas tecnologías y datos del derecho con la experiencia del abogado, que difícilmente un programa puede sustituir.
-¿Qué particularidades presenta Francia en el ámbito del Derecho?
Por un lado, en Francia hay menos abogados inscritos que, por ejemplo, en la ciudad de Madrid, debido principalmente a que el abogado en Francia no realiza tareas propias del director o responsable jurídico, disponiendo en cambio del monopolio de representación y defensa del cliente ante los Tribunales en los asuntos de mayor envergadura. Por otro lado, la formación del abogado en Francia es muy exigente y el régimen de incompatibilidades muy elevado.
-¿Qué caracteriza a su bufete?
En España, contamos con el apoyo estratégico de otras firmas de abogados como Garre Asesores, Canela Patentes y Marcas, y Aquit Legal, estas dos últimas de Barcelona. En Francia, extendemos nuestro ámbito de actuación y competencias al derecho francés y español, con especial atención a las normas de internacional privado que permiten solventar conflictos de normas de ambos países; acompañamos a nuestros clientes en procedimientos judiciales en toda Francia. Las empresas españolas recurren a nuestros servicios de forma periódica, conforme a un plan diseñado por el director jurídico que es quién mejor conoce la protección necesaria de su empresa en un país extranjero. La particularidad respecto a otros despachos reside en la personalización de la prestación, así como en la comunicación en la lengua del cliente.
-¿En qué asuntos pueden asesorar a los clientes españoles?
En Francia ha entrado en vigor una amplia reforma del derecho de contratos. Es una de las mayores modificaciones legislativas de los últimos decenios, y conlleva una adaptación de los comportamientos de las empresas y los particulares en sus negociaciones. Dejarse guiar en tales negociaciones por el consejo de un abogado en Francia puede resultar muy rentable, dadas las especificidades de esta materia y las particularidades de este país. Por otra parte, Francia es el segundo PIB de la zona euro y una tierra de amplios negocios y oportunidades que las empresas españolas no deberían dejar al margen de sus proyectos de desarrollo. Pero incluso con las mejores negociaciones, en ocasiones resulta inevitable el recurso a la vía jurisdiccional y desde nuestro despacho acompañamos durante todo el procedimiento judicial a nuestros clientes.
-¿En qué se diferencia su despacho de otros?
El despacho propone soluciones individualizadas y adaptadas a sus necesidades, que al tiempo evolucionan constantemente, y tratamos de hacer simple lo complejo. Un pleito no es más que el último remedio a un problema; la prioridad consiste en prevenir el conflicto, blindando la negociación y garantizando el acuerdo. Partiendo de la confidencialidad más estricta y con respeto a la deontología más severa propia del abogado de este país, aportamos soluciones que van de la negociación inicial enfocada a la prevención de conflictos y la conclusión del acuerdo garantizado, hasta la transacción o pleito judicial.
