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Ramón Ángel Casanova, abogado. Socio director de Casanova Abogados Herencias

La Covid, las herencias y Messi

Sí, parece mentira pero están relacionados. Esta mañana me he levantado con una idea y la he ido madurando en la ducha. ¿Cómo podía ser? Veamos.

Que la Covid y el correspondiente confinamiento tras el estado de alarma (recordemos, aún nos quedarían los Estados de Excepción y Sitio. Art 116.1 de la Constitución) haya afectado a cómo gestionar la defunción de una persona a nivel patrimonial es indudable. En un inicio, imposibilidad de obtener los certificados de defunción y de últimas voluntades. Posteriormente, retrasos enormes en su obtención telemática (eso, quien supiera. Tenemos una gran asignatura pendiente con el acceso de nuestros mayores a ese mundo que ya no es virtual sino que es real, pues lo sustituye). Pero sobre todo, en los días de confinamiento se tenía que lidiar con el teletrabajo, la casa, los niños, la compra y si teníamos la desgracia de que el virus afectara a familiares, la angustia de no poder verlos ni comunicarnos con ellos. Un drama. Tensiones con los niños, con las parejas. Un desastre. Encima, encargarse de mover papeles de la herencia. ¡Paren el mundo que yo me bajo!

Levantado el confinamiento, respirar. Casi literalmente. Trabajar, si es posible, presencialmente, actualizar todo lo retrasado. Y enseguida, vacaciones. Las grandes ciudades vacías. Los restaurantes que por fin podían, abrían aspirando a recuperar lo no facturado. En vano. La gente no está. No trabaja. Presumo -y así se lo digo al bueno de Jose, propietario del restaurante en el que como cada día-, que con la vuelta de los niños al cole la cosa cambiará. Hay muchos más contagios fruto de la multiplicación de tests -¡por fin! ¿¡Porqué no los hicimos antes!?- pero hoy por hoy las UCIs no están como en abril o mayo. Por eso digo que cuando vuelvan los niños al cole se instalará la normalidad, al menos la nueva normalidad. Y con ella, ponernos las pilas con los papeles de la herencia que habíamos dejado para más adelante.

La Generalitat, en una de las medidas extraordinarias tomadas, nos regaló dos meses más de plazo para añadir a los seis de siempre en todas aquellas defunciones ocurridas antes del Estado de alarma, esto es el 14 de marzo, y que vencían durante el confinamiento. Además, independientemente de cuando ocurriera la defunción dentro del estado de alarma, esto es, del 14 de marzo a 21 de junio, el plazo de seis meses se inicia el 1 de julio. Hagan cuentas sobre cuando vence el pago del Impuesto de Sucesiones y recuerden que tienen cinco meses para pedir prórroga por otros seis. Conviene también no olvidarse de la plusvalía municipal, cuyo plazo también se suspendió durante el estado de alarma.

¿Y Messi? Bien, gracias. Entrenando supongo. A tope, seguro, como el crack que es. Uno, que es un romántico, aún aspira a que encuentre entre las reincorporaciones o incorporaciones, un amigo de correrías en el terreno de juego como lo eran Alves, Neymar o su querido Luis Suárez y vuelva a divertirse. Así, seguro que se habrá olvidado de esa tontería de dejar su amada Barcelona y su Barça del alma.

¿Pero qué relación tienen las herencias y Messi? Pues que ya tenemos la Doctrina Messi. Ayer tuve una conversación con un compañero abogado sobre aplicar algo parecido a lo que se le ocurrió al asesor del 10 argentino. El articulito del Codi Civil que regula la reclamación de la legítima por parte de los padres -recordemos que en Catalunya la legítima corresponde a los hijos/nietos y si no hay, a los padres- establece que los progenitores han de reclamar la legítima o judicial o notarialmente y si fallecen sin hacerlo, se pierde el derecho. Y claro, si durante el confinamiento no se podían firmar escrituras ni acudir al juez, ¿cómo se podía reclamar la legítima? Ocurrió que el padre del difunto falleció antes de poder reclamarla, a pesar de que le manifestó a la viuda su intención de hacerlo. Antes de enviar el burofax, tocaría estudiar. Los jueces no lo tendrán nada fácil.