Victoria Aragonés, arquitecta interiorista
“Reformar es algo muy emocional, con muchas ilusiones en juego”

Victoria Aragonés siempre quiso ser arquitecta, pero con la reforma de su casa se dio cuenta de que el diseño de interiores es la escala de trabajo en la que realmente disfruta, por lo que decidió dar un giro profesional y dedicarse exclusivamente al interiorismo, tanto residencial como comercial. “Y fue una de las mejores decisiones de mi vida”, explica.
¿Existen diferencias de fondo a la hora de abordar las reformas en residencias respecto a los comercios, o, en todo caso, hay un propósito y una forma de trabajar común?
En esencia no tienen nada que ver. Un proyecto comercial es mucho más objetivo y necesita un estudio previo que delimite sus bases de actuación. Un buen diseño ha de garantizar esas directrices a través de un concepto que haga de hilo conductor en la experiencia de compra. En cambio, en un proyecto residencial las necesidades a cubrir son mucho más fáciles de identificar e implantar. Este último año hemos trabajado por igual tanto en diseño residencial como comercial, llevando a cabo dos remodelaciones de espacios de trabajo, el diseño y apertura de dos nuevos restaurantes y la reforma integral de cinco viviendas.
Nuestro hogar ha de ser fiel a nosotros mismos”
Un interiorista que realiza una reforma, ¿puede “imponer” un estilo propio o debe siempre adecuarse al máximo a los gustos de quien ocupará la vivienda?
Si alguien decide recurrir a un profesional, del campo que sea, es aconsejable fiarse de su criterio y de su experiencia. Ahora bien, nuestro hogar ha de ser fiel a nosotros mismos y nos hemos de sentir totalmente a gusto en él. Hay que pensar que reformar es algo muy emocional con muchas ilusiones en juego. Por lo tanto, aunque desde nuestro estudio marcamos el punto de partida y las líneas generales, invertimos todo el tiempo necesario en personalizar y enriquecer cada proyecto con las aportaciones de nuestros clientes.
¿Podría mencionarnos alguno de los proyectos que haya desarrollado del que esté especialmente orgullosa y explicarnos qué problemática y qué soluciones aplicó?
Por supuesto que hay proyectos más complicados que otros, sobre todo los de rehabilitación integral, pero la sensación final es siempre muy similar. Me gusta verlos como pequeñas aventuras, con sus más y sus menos, donde el objetivo siempre es el mismo, pero los protagonistas y el escenario son totalmente diferentes. Cada proyecto acabado es una misión cumplida, de la que me enorgullezco por igual.
Cada proyecto acabado es una misión cumplida, de la que me enorgullezco por igual”